Buenas a todos, otro día más os traigo una nueva entrada.
En clase de literatura universal hemos leído el poema de "El Banquete de Platón" y nuestra profesora nos pidió hacer un ejercicio que consistiera en escribir una redacción sobre la belleza contrastando la belleza interior con la exterior y explicar como conseguir que la interior sea más visible. Bueno pues empecemos.
Hoy en día es muy complicado, por no decir casi imposible, encontrar a una persona que no juzgue por el aspecto físico de otra; por esa imagen aparente que das, creamos prejuicios según nuestra forma de pensar. Puedes encontrar gente que se fije en el físico en mayor o menos medida pero todos lo acabamos haciendo.
Opino que dejarse guiar por el físico no es del todo tan malo, pero no puedes dejarte guiar por ello a ciegas, simplemente tenerlo en cuenta porque a veces la primera impresión que recibimos en algunos casos puede ser la correcta y verdadera.
El físico o primera impresión visual nos crea una serie de prejuicios que son los que dictaminan si confiar o no en esa persona, si se puede entablar una conversación con ella o tu forma de actuar si su físico se adecua a tus cánones. La apariencia es como una introducción de lo que esa persona puede ofrecer, de como es realmente, y es ahí donde olvidándote de esos prejuicios creados das una oportunidad para conocer verdaderamente a esa persona para descubrir su interior, o como dirían los filósofos, descubrir su esencia.
"Una vez que te enamoras de la personalidad (belleza interior), el físico (belleza exterior) pasa a un segundo plano"
"No juzgues un libro por su portada"
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